Según el diccionario español, el insomnio es desvelo, vigilia, o falta de sueño a la hora de dormir. Pero para la mayoría de las personas es algo mucho más personal; insomnio es el trabajo que te hace infeliz, el sueldo que no alcanza ni para costear las cosas básicas de la vida, la relación que se terminó por un «no eres tú, soy yo» y, sobre todo, aquel maldito pensamiento que te dice que desde hace años vives en piloto automático la vida que otros te impusieron, lo que hace que te esfuerces por sueños y metas que ni siquiera son tuyos.
El insomnio, o más bien su raíz, es diferente para cada persona, y aunque el motivo no sea emocional o por estrés, y sea más bien por malos hábitos nocturnos, lo cierto es que el insomnio no es algo inusual, sino más bien una epidemia global.
Tipos de insomnio
Es un enemigo que nos va matando lentamente por dentro. El insomnio puede concebirse de varias formas: inicial, intermedio y terminal.
- Dificultad para conciliar el sueño al acostarse (insomnio inicial).
- Despertares frecuentes durante la noche (insomnio intermedio).
- Despertar muy temprano por la mañana, antes de lo planeado (insomnio terminal).
Consecuencias del insomnio
Según su intensidad, puede afectar a las personas de manera emocional, cognitiva e incluso en el comportamiento.
Puede provocar accidentes, como los casos que reportaban en Corea de personas que tienen accidentes por ir conduciendo por las carreteras de las ciudades sonámbulos.
A día de hoy, se estima que el 42% de los accidentes mortales en carreteras se puede deber a la falta de sueño de los conductores; un dato muy alarmante, ya que miles de personas mueren cada día en las carreteras y, en la mayoría de los casos, se podrían haber evitado.
Cuando uno es adolescente, el insomnio se toma como insignificante y pasajero, fruto de un estilo de vida juvenil en el que los estudios, el móvil, los videojuegos y las salidas con los compañeros pueden ser la causa, pero sin darnos cuenta que la raíz puede ser mucho más profunda y que si no creamos hábitos puede convertirse en algo crónico que te marque de por vida.
Pasamos la adolescencia y nos empezamos a preparar para salir al mundo real y, entonces, con las miles de tareas, las responsabilidades y el estrés. Sobre todo por ese constante pensamiento de tener que saber lo antes posible a qué te vas a dedicar, ponemos más atención a intentar dormir más, pero a pesar de lo frustrante que puede ser el insomnio, seguimos sin creer que sea nada grave, tan sólo algo momentáneo.
Pasamos de los 30, y a esta edad, siendo sinceros, la mayoría de la gente ya ha sido golpeada por la vida varias veces, unos más que otros. Los primeros problemas físicos de una vida sin buenos hábitos empiezan a emerger y, al ver a algunos compañeros de la infancia, comienzan las comparaciones: ¿por que él o ella se ve más joven? ¿No se supone que tenemos la misma edad? Se iluminó la bombilla de pensar en el futuro y decides que es hora de cuidarte desde ya para no llegar enfermo y deteriorado a mediana edad, entiendes que los días de carpe diem quedaron atrás.
Entendemos que el insomnio no es ninguna broma, ya que, como mencioné antes, es una epidemia global. Se estima que en torno al 45% de la población mundial la padece, y eso es algo muy preocupante.
La falta de sueño reduce nuestra capacidad de retención. En otras palabras, afecta la memoria, la atención y el aprendizaje. Tal vez no seas tan tonto como crees, solo te falta dormir mas.
Se sabe que la probabilidad de contraer un virus o una enfermedad por falta de sueño es muchísimo mayor: problemas cardíacos, presión arterial alta, ictus, diabetes, cáncer, bajo rendimiento, depresión,… son algunos de los problemas y enfermedades que pueden causar el insomnio.
Las estadísticas nos indican que el 30% de personas con insomnio crónico sufren depresión, y luego nos preguntamos por qué hoy en día hay tanta depresión mundial.
En el caso de España, ya está a la cabeza mundial de mayor consumidor de ansiolíticos.
Y pensarás, querido lector: “está bien, ya me metiste el miedo en el cuerpo, como cualquier buen relato de Alfred Hitchcock, y me prometo que me tomaré en serio cambiar de hábitos para devolverle los años y la vida que le he quitado a mi cuerpo, ¿pero qué debo hacer?”
Bueno, eso te lo enseñaré en otro post.
Buenas noches y que tu sueño se haga realidad.